lunes, 6 de octubre de 2014

Modelización de la marea ciudadana

Por su similitud con las huestes de un ejército, que bien podría ser polaco, se considera a la movilización ciudadana el punto fuerte de programas políticos, anti-políticos, y más comúnmente sociales en los tiempos que corren.

El hecho de hacer salir a la calle a un conjunto heterogéneo de personas supone en sí mismo un acto de agresión frente a la causa opositora, que generalmente tendrá una ventaja posicional, materializada en su influencia. Porque si bien los cambios sociales son lentos y graduales, el nacimiento de los mismos es un cambio instantáneo, espontáneo, de carácter jurídico y/o fiscal.

La ciudadanía es la barrera que se opone a las nobles causas, que en tiempos de crisis, pretenden la movilización de los capitales desde los diezmados bolsillos del contribuyente hasta zonas alpinas más seguras. ¿Y cuán firme es su oposición? Se trata de algo difícil de medir para un cerebro embotado de ideales.

Lo que venimos a discutir es el comportamiento mecánico del pueblo, que actúa como un fluido sometido a un coeficiente variable de viscosidad. Así pues, cuanto mayor es el apoyo ciudadano a determinada causa, dentro de un mismo lugar geográfico y geométrico, mayor es el coeficiente de viscosidad μ de la denominada “marea ciudadana”. Este parámetro resulta, como ustedes podrán comprobar, a todas luces fiable, sencillo y objetivo.

Su cálculo, que requiere de un conocimiento aproximado de la densidad humana (fácilmente calculable con una balanza y un sastre), es infinitamente más sencillo que el tradicional método contable. El motivo es claro, la capacidad en número de personas de un lugar geométrico está regulada por las condiciones de contorno del mismo. Así pues, en un recinto demasiado pequeño la medición estimada no concordará con el apoyo real de la población a la causa manifestada.

Un simple software de los utilizados por la nueva escuela de ingeniería permite modelizar el comportamiento de este fluido vivo cómo si se tratase de absenta, aceite o agua. Así, podemos obtener un coeficiente fiable de viscosidad que asociaremos a un determinado nivel de compromiso social. Otro parámetro común de la mecánica de fluidos, como es el número de Reynolds, de carácter adimensional y asociado a las condiciones turbulentas o laminares de un chorro fluido, nos permitiría medir con mayor exactitud la tendencia y la evolución en el pensamiento de nuestros conciudadanos, que podría tender hacia un conservadurismo temeroso o hacia una revolución demasiado entusiasta. Todo el mundo sabe que el ejército nacional marcha de forma ordenada, laminar, y que precisamente su función es no permitir que las cosas cambien en un país.

Para determinar estas escalas, que pretendemos tabular para mayor comodidad, será necesario establecer un órgano regulador que siente las bases de esta disciplina, el establecimiento de las cuáles constituye una actividad puramente empírica, laboriosa y francamente inútil para sistemas democráticos dónde es el demos el menos importante de los estatus de gobierno.

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