sábado, 1 de septiembre de 2012

Ted a ojos del enemigo.


Antes de liarme a porrazos retóricos con Ted, quiero aclarar que soy una de esas personas a las que Family Guy les pareció un mondongo, American Dad una deleznable secuencia de fotogramas y The Cleveland Show un cúmulo de despropósitos repugnantes, ofensivos y tóxicamente guionizados.

Vale, pues si a ustedes les pareció lo mismo, entonces sigan leyendo; si por el contrario creen que esas porquerías son obras de arte, sigan leyendo, ya que estoy seguro de que no voy a influir en su equivocada opinión sobre el autor de todas ellas, Seth MacFarlane. Y otra cosa les digo.

Ted es mejor que esa bazofia 'animada'.

Lo cuál no era muy difícil...

¡Un oso de peluche bebiendo cerveza! ¿Me oyen? ¡¡Cerveza!!
¡Fin de la crítica!
No es el fin, más quisieran, empecemos.


La trama y los personajes de Ted.

Veamos, Ted es un oso de peluche que cobra vida mágicamente gracias a los deseos de un niño de 8 años, John Bennett (Mark Walhberg), el cuál no posee más amistades que la del osito en cuestión. El caso del milagro de Ted se hace mundialmente famoso pero, cómo todo en esta vida, termina siendo olvidado por la sociedad. Personalmente, que se toque el tema de los fenómenos fugaces y la fama efímera, fue un detalle que me gustó y me sorprendió gratamente.

La película nos cuenta lo que ocurre 27 años después, cuando John es un treintañero inmaduro y con una deficiente compresión de la realidad, fruto de una larga convivencia con Ted.
He de decir que yo esperaba que el oso Ted fuese una fuente gratuita de tacos, alcoholismo e incorrección política, cosa que ciertamente es, pero también se nos deja ver que, en el fondo, el peluche sólo es un modelo a imagen y semejanza de su dueño, que hay un motivo para la difícil personalidad de Ted.
Aprovecho para apostillar qué el detalle de que no se sepa adónde va aquello que Ted come, bebe, fuma o esnifa, me tuvo muy mosca toda la noche. Al final no hallé ninguna explicación factible y me dormí.

La trama gira en torno a los problemas que acarrea la inmadurez de John en su relación con su pareja Lori (Mila Kunis). Lori es un personaje curioso, hasta el punto de que yo me atrevería a afirmar que es la que hace avanzar la historia. Lori es la única que tiene la cabeza bien amueblada en la relación y sin embargo, su papel es el de una antagonista, una novia manipuladora que se interpone entre John y Ted.

«¿Estas burdas explicaciones quieren decir que los personajes de Ted están bien configurados?» Pues hombre, no. No es la genial Caterina va in città, ni siquiera es buena, pero obviamente es mejor que... no sé... ¿Sácame del Paraíso?

En definitiva, la trama es floja. El único aliciente con el que cuenta es ese juego que nos propone entre una comedia romántica y una "comedia gamberra". Por cierto, 'comedia gamberra', quizás la peor forma de promocionar una película, ninguna "comedia gamberra" ha resultado nunca una buena película.

Ted como crítica social.

Si hay algo que me fastidie de los fanáticos de Seth MacFarlane, son dos cosas, luego entonces son dos algos supongo. Lo primero es que consideran que todo lo que toca lo convierte en oro, y que por tanto se le debería dar licencia para producir cualquier hez. Lo segundo, y más importante, es que consideran que todo lo que hace es una crítica social. Cuando el señor MacFarlane construye un chiste racista, no está criticando a los norteamericanos racistas señores, está llamando nuestra atención y provocándonos, fin, eso es todo. Y si el tipo hace un chiste sobre anorexia, no está diciendo que la anorexia es un grave problema de nuestra sociedad, está diciendo que puede hacer humor hasta de un tema tabú. Si alguien no sabe ver esta diferencia es porque le falta un hervor.

Lo que quiero decir con ésto es que no, Ted no es una crítica social ¡hostia ya! Si quisiésemos hacer una crítica social con el metraje de Ted, probablemente tendríamos que conformarnos con un cortometraje lleno de cortes y sin sentidos. Espera, ¿eso no es un videoblog?

He oído muchos bulos con que si Ted está censurada,
por ejemplo en esta escena.
Ted no está censurada. Repito, no está censurada.


Ted como comedia.

Saben ustedes que me gusta centrarme siempre en el aspecto cómico de todas las comedias que "reseño", y esta vez, cómo es obvio, no va a ser una excepción, porque la risa es la premisa principal, y lo único que promete provocarnos el film.

No nos engañemos, MacFarlane es el director de esta película, así que por supuesto vamos a encontrar numerosas e innecesarias escenas escatológicas, y el que quizás sea el tema más jocoso de nuestra sociedad, la drogadicción. Hilarante, sin duda.
Si al igual que un servidor, ustedes nos son amigos del tipo de humor basado únicamente en hacer mención explícita de lo políticamente incorrecto, con grandes dosis de mal gusto y humor negro, entonces las van a pasar "canutas" amigos. Pero aún con todo ésto, les digo que reír, reirán.

¿Por qué? Pues porque el señor que hizo el Show de Celveland parece haber aprendido la lección. Junto con su característico humor, que genera adeptos tan rápido cómo mi abuela genera torrijas, a añadido un humor más simplista y universal. Ojo, no es un humor amable, por favor, no lleven a sus hijos a ver Ted, pero es un humor que juega con los tópicos y las referencias culturales, esperadas o inesperadas. Y también en cierto modo juega con el absurdo, buscando una carcajada breve y espontánea del público.

Hablando de referencias (lo he hecho a propósito para enlazarlo ¿véis? Estoy hecho un Matías Prats.), uno de los aspectos más negativos de la película es precisamente las terribles licencias referenciales que se toman los traductores, adaptadores o quién demonios pase los chistes al castellano. Porque, que un chiste haga referencia a un famoso estadounidense poco conocido en España, no es motivo para suprimirlo, poner una referencia hiperforzada a Belén Esteban o a Falete y quedarse más pancho José Doroteo Arango Arámbula. No sé ustedes, pero yo prefiero tener que buscar el chiste por Internet antes que aguantar esas mutilaciones del guión original. Señores, sólo tenían que traducir, no piensen, no modifiquen, no conduzcan ebrios, no hagan nada.

Por último, dos cosas buenas a destacar de la película. La primera es que Patrick Warburton hace un pequeño papel en ella, . La segunda es que le pegan un puñetazo a un niño gordo, lo cuál me parece gracioso... bueno, no, pero Patrick Warburton hace de amigo gay lo cuál ya es motivo suficiente para su visionado, entendu?

Ted y el público.

«El público es humano como en todas las pelis, que más quieres matizar ahí tonto'l pijo». Llevan razón, pero quiero contarles lo que me ocurrió y se lo cuento, que diantres.
Acaeció cuando fui a ver esta película que habían allí muchos fans de Seth MacFarlane. ¿Por qué sé que eran fans suyos? Muy sencillo, porque cuando salían las escenas de los trailers, un gruñido simiesco ensordecedor inundaba el lugar haciendo imposible escuchar la película. Gracias a Dios que, cómo ya he dicho, eran las escenas de los trailers, así que no sólo me las sabía de memoria sino que además habían perdido hace tiempo toda su gracia.

¿Por qué entonces aquellos veinteañeros gritaban como si se les rociase con agua hirviendo? Pues porque eran fans del director, y cómo ya he dicho más arriba, les falta un agua, un hervor, y hasta una ramita de tomillo.
Les juro que la reacción a la canción de los Compitruenos fue de auténtica vergüenza ajena, ¡cuidado con eso!

1 comentario:

  1. Imagino que la acabaré viendo porque, como usted, hay muchos que dicen que no es TAN terrible, pero Seth MacFarlane está en el primer puesto de Gilipollas Televisivos, compartiendo podio con J.J. Abrams.

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